Este dispositivo de seguridad de su caldera le permite comprobar el nivel de presión. Debe leerse regularmente para detectar un posible problema. No hay suficientes o demasiadas barras pueden causar averías y anomalías.
Equipo de seguridad obligatorio independientemente de la instalación de calefacción
Se debe instalar un manómetro en su circuito de calefacción. El vaso de expansión, la válvula de seguridad y la válvula antirretorno también son esenciales. Está presente en una caldera de gas y de gasóleo. También lo encontrarás en una bomba de calor o una caldera de condensación.
Su principio de funcionamiento es sencillo. Parece un pequeño mostrador circular, con dos zonas. El rango verde indica una situación normal. El rojo indica una condición peligrosa, como un exceso de presión en el circuito de calefacción. Esto puede causar mal funcionamiento.
Existe en versión aguja en lugar de piezas coloreadas. La flecha fija indica el valor óptimo. La punta móvil muestra las barras realmente alcanzadas en el dispositivo. Siguiendo su evolución, detectarás posibles problemas. La configuración correcta es una superposición de los dos marcadores.
¿Por qué comprobar la presión del circuito?
Todas las calderas tienen una presión nominal. Es variable y depende de los circuitos de calefacción. Esto a menudo se indica en el manual del usuario. En general, es de 1 a 1,5 bar. El número de pisos de la casa también influirá en esto último.
Los controles regulares prolongarán el uso adecuado de su equipo. Es el mismo principio de funcionamiento que para un neumático de automóvil. La falta o el exceso de barras corre el riesgo de dañar la caldera. El manómetro generalmente se instala en el propio dispositivo. La ubicación seleccionada es rápidamente visible para el usuario. Sin embargo, en algunas instalaciones de calefacción, se encuentra en las tuberías. Lo encontrará, por ejemplo, cerca de la válvula de llenado. Muy a menudo, el componente se monta cerca de una válvula de seguridad.
¿Cómo restaurar la presión del sistema de calefacción?
Como cualquier dispositivo de seguridad, este componente debe ser revisado periódicamente. Una revisión visual mensual es un mínimo. Para comprobar que la aguja no está bloqueada, golpee ligeramente el dial.
Si la presión cae, abra la válvula de llenado. Ciérrelo cuando alcance el valor nominal. Encontrará esto último en las instrucciones de su caldera de gas. Por debajo de 0,5 bar, el dispositivo entra en seguridad. Si esto no es suficiente, plantea la posibilidad de fugas. Un recorrido por sus sistemas de calefacción identificará cualquier fuga de líquido.
El papel del jarrón puede estar en duda. Es posible que sea necesario volver a inflarlo o cambiar una de las válvulas.
El último parámetro a comprobar es la bomba. Probablemente algo extraño lo esté bloqueando. O potencialmente ha ocurrido una falla. Finalmente, ha llegado al final de su vida útil, si corresponde.
Cuando aparece un exceso de presión, la observación suele ser sencilla. Hay demasiada agua. O entra continuamente y la válvula de entrada debe estar cerrada. O es un problema más serio. En el primer caso, purgar un radiador debería drenar el desbordamiento. En el segundo, se recomienda el apagado inmediato de la caldera. Asimismo, se recomienda encarecidamente llamar a un profesional.
Recordatorio del principio de funcionamiento del sistema de calefacción.
Es lo mismo para una caldera de condensación o una bomba de calor. El combustible emite calorías a medida que se quema. El agua dulce recuperará este calor al pasar por las tuberías. Una vez alcanzada la temperatura establecida, se envía al sistema de calefacción. Luego volverá frío.
Cuando se calienta, se expandirá y aumentará la presión. La función del depósito de expansión es evitar la sobrepresión. Si hay una falla, el manómetro indica un nivel de presión demasiado alto.
Sin una acción rápida, este último se fortalece y busca emerger en otra parte. A continuación, evacua por los puntos más débiles de los circuitos de calefacción. Este fenómeno crea entonces fugas.