Con la recurrencia de los episodios de calor durante los veranos anteriores, cada vez son más los hogares que invierten en la instalación de aire acondicionado. Este equipo, diseñado para mejorar su comodidad, requiere, sin embargo, una limpieza periódica. Desempolvado, comprobación del estado de funcionamiento, contrato de mantenimiento anual… Descubre las acciones imprescindibles.
1. ¿Por qué hacer revisar su aire acondicionado?
1.1. Vida útil y capacidades optimizadas
1.2. Un problema de salud
2. ¿Cuándo realizar el mantenimiento de su aire acondicionado?
3. Pasos de limpieza
3.1. Mantenimiento de filtros
3.2. Asegurar la circulación del aire
4. Mantenimiento obligatorio y contrato de mantenimiento
4.1 Propietario/inquilino: ¿quién paga?
¿Por qué hacer el mantenimiento de su aire acondicionado?
Como ocurre con cualquier equipo de esta magnitud, es impensable utilizar el aire acondicionado (o bomba de calor aire/aire) sin respetar unas simples acciones de limpieza. Al asegurarse de que su electrodoméstico se limpie regularmente, está contribuyendo sobre todo a su correcto funcionamiento a largo plazo.
Vida útil y capacidades optimizadas
Es un hecho, un aire acondicionado que se limpia regularmente funcionará perfectamente y solo consumirá una pequeña cantidad de energía. Con un alto índice de rendimiento estacional (SEER), este equipo cuenta ahora con unas cualidades energéticas indiscutibles, que le permitirán ahorrar energía.
La falta de mantenimiento puede tener consecuencias en las capacidades pero también en la vida útil de su aire acondicionado. La vigilancia constante de su instalación le permitirá comprobar que ningún factor externo impide su correcto funcionamiento, o detectar cualquier fallo técnico (fuga, ruido anómalo, etc.).
Un problema de salud
Los estudios muestran que muy pocos acondicionadores de aire se limpian con regularidad. Sin embargo, este simple gesto también es importante para tu salud y la de los que te rodean.
De hecho, este equipo puede remover hasta 8 veces el volumen de aire presente en una habitación, en una hora. Su tecnología le permite así aspirar polvo, bacterias, ácaros o agentes contaminantes que se encuentran en el aire. Por lo tanto, pasan a través de los filtros presentes en la unidad interior. Si nunca se limpian, esto puede conducir a un deterioro en la calidad del aire de la habitación ventilada. Un factor que puede perjudicar la salud de los más frágiles.
¿Cuándo hacer el mantenimiento de tu aire acondicionado?
Como hemos visto anteriormente, es fundamental que limpies regularmente tu aire acondicionado. ¿Pero con qué frecuencia?
Durante los períodos de uso intensivo, principalmente en verano, se debe respetar un período de dos a tres semanas entre cada limpieza. A medida que su equipo opera con más frecuencia, los filtros pueden ensuciarse rápidamente con polvo. Según el modelo, una luz indicadora se enciende tan pronto como sea necesario realizar el mantenimiento de su aire acondicionado. En ese caso, ¡no se demore!
También será necesario cambiar algunas piezas, como el filtro de carbón activado, presente para eliminar los malos olores. Este último debe cambiarse cada año para mantener la eficacia de su dispositivo.
Lo mismo ocurre con otras piezas, dependiendo de los modelos de aire acondicionado, como el purificador de aire que se cambia cada 3 meses. Algunos todavía tienen un ambientador, que se reemplaza cada 2 o 3 años. Estos cambios se indicarán en las instrucciones de uso.
Los pasos de limpieza
Mencionados en detalle en la documentación de su dispositivo, se deben llevar a cabo varias acciones simples para el mantenimiento de su aire acondicionado. Aunque cada año es obligatoria la inspección anual por parte de un profesional homologado, usted mismo puede intervenir sobre determinados elementos.
Mantenimiento de filtros
Comencemos con la unidad interior de su aire acondicionado. Habrá que realizar varios pasos:
• Abrir la tapa y extraer los filtros
• Desempolve los filtros sobre un cubo de basura y luego aspire este elemento, con una boquilla estrecha, para extraer el polvo y las impurezas incrustadas.
• Limpie los filtros con agua jabonosa tibia con una esponja. Si el filtro está muy obstruido, déjalo en remojo durante unos minutos.
• Seque los filtros por completo y vuelva a colocarlos en la unidad
• Si su equipo tiene filtro de carbón activo, límpielo también con agua, sin jabón, y reemplácelo solo cuando esté completamente seco.
• Por último, pase un paño suave por la carcasa del dispositivo.
Como norma general, los fabricantes recomendarán preferir el agua jabonosa a los productos de limpieza domésticos para estas maniobras, y nunca utilizar ningún tipo de disolvente. Esto podría dañar la carcasa o los elementos interiores.
Último pequeño consejo, en el caso del aire acondicionado reversible, invierta los ciclos durante unos minutos según la estación (cambie a modo frío en invierno y caliente en verano). Esto evitará el bloqueo prematuro de la válvula necesario para estos cambios. Podría agarrotarse si no se usa durante demasiado tiempo.
Asegurar la circulación del aire
Su unidad exterior no debe ser olvidada. En particular, deberá asegurarse de que haya una buena circulación de aire alrededor del dispositivo. Para ello, asegúrese de que ningún obstáculo, hojas muertas o ramas obstruyan la salida de aire.
También puede pasar un paño húmedo por las paredes de la unidad exterior para eliminar las impurezas. Esto evitará el desgaste prematuro o la corrosión del equipo.
Por último, puedes comprobar la bandeja de condensados de tu aire acondicionado. Este último recupera el agua resultante de la condensación del vapor, tras su paso por el circuito de frío. Al vaciarlo regularmente, evita las molestias del agua estancada, o el flujo de este líquido en su instalación.
Realizando estos diferentes gestos te asegurarás de que tu dispositivo funciona correctamente. Estos controles le permitirán, en particular, controlar cualquier problema, en particular, los rastros de una fuga de refrigerante, para informar a un técnico lo antes posible.
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Mantenimiento obligatorio y contrato de mantenimiento
Todas estas manipulaciones que debe realizar usted mismo no lo eximen del mantenimiento obligatorio por parte de un profesional aprobado. En efecto, de acuerdo con el Decreto N° 2020-912 del 28 de julio de 2020, publicado en el Diario Oficial del 29 de julio de 2020, ahora es obligatorio realizar el mantenimiento al menos cada dos años en las bombas de calor y los sistemas de aire acondicionado en un potencias entre 4 y 70 kW. Una operación que solo puede ser realizada por una empresa especializada que posea un certificado de capacidad como especialista en refrigeración, ingeniero de calefacción o fontanero, y certificado QUALIBAT RGE.
El profesional deberá comprobar toda una serie de puntos de control: estanqueidad de la instalación, buen estado de las conexiones eléctricas del aparato… También se controlarán los filtros, la batería, o incluso las temperaturas y presiones. Esta nueva normativa también exige que el técnico brinde asesoramiento para el correcto uso de su equipo. Recomendaciones que se darán a título indicativo y se detallarán en el certificado de mantenimiento.
Para garantizar un seguimiento regular, tiene la opción de suscribirse a un contrato de mantenimiento anual. El coste del mantenimiento del aire acondicionado ronda los 200 euros, dependiendo de las opciones elegidas. La mayoría de las veces, se le ofrecerá tan pronto como se instale su aire acondicionado. Este compromiso le permitirá mantenerse en contacto con un profesional que conoce el dispositivo y sus especificidades, pero también beneficiarse de una intervención rápida en caso de avería.
Propietario/inquilino: ¿quién paga?
Cualquier propietario de una vivienda equipada con aire acondicionado debe cumplir con esta normativa. Tratándose de los habitantes en alquiler, la carga del mantenimiento anual vuelve al arrendatario. Este último debe garantizar la limpieza periódica del dispositivo y concertar una cita con un técnico cada año.
El propietario se hará cargo del pago de las reparaciones en caso de avería, salvo que ésta se deba a la falta de limpieza periódica.