Como muchos electrodomésticos, las calderas y calentadores de agua tendrán que estar marcados con una etiqueta energética a partir del 26 de septiembre de 2015. Creada por la normativa europea, esta nueva medida tiene como objetivo ayudar a los consumidores a elegir sus aparatos de calefacción.
Los inicios de la etiqueta energética
Las etiquetas energéticas se crearon hace 20 años. Inicialmente se dedicaron a electrodomésticos como frigoríficos, congeladores, lavadoras, lavavajillas, etc. Indican el nivel de impacto de los productos en términos de consumo de energía y/o agua, emisiones contaminantes o gases de efecto invernadero.
Hoy en día, la etiqueta se aplica a una gran cantidad de productos (lámpara, neumático, carcasa, vehículo, etc.).
Desde 2010 se ha revisado la presentación de la etiqueta, ahora es la misma en todos los países europeos.
La nueva normativa para calderas y calentadores de agua
Los calentadores de agua y las calderas ya no podían pasar por las regulaciones europeas relacionadas con los requisitos de diseño ecológico. Esta obligación se refiere a las calderas y calentadores de agua cuya potencia sea inferior a 400 kW. También se trata de depósitos de agua caliente de menos de 2000 litros.
¿Cómo leer la etiqueta energética?
Las clases de etiquetas variarán de A+++ a F, se eliminará la clase G. Se otorgarán las mejores calificaciones a los sistemas de energía solar. Las clases están simbolizadas por un código de colores, verde para los más eficientes y rojo para los que consumen más energía.
La etiqueta se divide en dos, la columna de la izquierda con el radiador indica la clase energética del calentador. La columna de la derecha con el grifo indica la clase energética y el consumo máximo de agua caliente sanitaria.
En la parte inferior, un pictograma indica el nivel de ruido del dispositivo en funcionamiento en decibelios. La potencia térmica del dispositivo se expresa en kW.