¿Se te ha estropeado la caldera y no sabes qué hacer? Antes de contactar con un profesional para que vaya a tu casa, te sugerimos que realices unas comprobaciones preliminares en tu dispositivo. Veremos en este artículo las diversas comprobaciones que puede realizar para intentar reiniciar su caldera y luego las averías más frecuentes a las que puede enfrentarse.
Comprobaciones a realizar en caso de avería de la caldera
Unas comprobaciones básicas pueden permitirte detectar de dónde viene la avería de tu caldera y solucionarla.
Comprobar conexiones eléctricas
Si su caldera ya no arranca, vea si las luces en el panel están encendidas. Es posible que esto se deba a un problema eléctrico. Por lo tanto, le recomendamos que primero verifique las distintas conexiones eléctricas y el estado de los fusibles.
Comprobar la presión del agua
La falta de presión también puede ser la causa de una avería. La presión del agua debe estar entre 1 y 1,5 bar (las calderas están equipadas con un manómetro que indica la presión de su instalación). Si nota una caída en la presión, debe agregar agua a su caldera. Si por el contrario observas un aumento de presión, debes purgar tus radiadores para evacuar el aire que haya podido entrar en la red.
Compruebe el suministro de gas o aceite.
Por último, recuerda también comprobar que tu suministro de gas o combustible no esté cerrado (o que no haya un corte temporal por motivos de trabajo). La válvula de entrada de gas generalmente se encuentra antes de su medidor.
Los fallos más comunes
Cada sistema de calefacción es diferente. Sin embargo, la mayoría de las averías que se producen en las calderas son más o menos las mismas. Repasaremos los más comunes. Detectar la avería te permitirá explicársela más fácilmente al profesional encargado del mantenimiento de tu dispositivo para que tenga toda la información antes de intervenir en tu vivienda.
Un problema con el tanque de expansión
El vaso de expansión sanitario se utiliza para absorber las variaciones de volumen de agua en la caldera.
Parece una pequeña bola. Suele ser de color rojo y se encuentra en la parte trasera de la caldera. Varias señales pueden indicar un problema con el vaso de expansión: una pérdida frecuente de presión en el circuito de calefacción, una fuga de agua debajo del aparato, su caldera que entra regularmente en modo de seguridad por exceso o falta de agua, etc.
Un depósito de expansión defectuoso puede causar muchos daños a su instalación y, en particular, promover la formación de lodos en su red que, a largo plazo, dañarán su caldera.
El intercambiador de calor de placas está fuera de servicio
El intercambiador de calor de placas transfiere calor de un fluido a otro.
Es un componente de su caldera muy sensible a la dureza del agua. Si vive en una zona muy calcárea, los depósitos de cal (piedra caliza) pueden acumularse en su red de calefacción y, a la larga, causar cal y dañar su intercambiador. Por este motivo, es recomendable instalar un descalcificador o un filtro de polifosfato antes de la caldera.
La caldera enciende pero no tienes agua caliente ni calefacción
Si tu caldera está encendida pero no tienes calefacción ni agua caliente, es probable que tu sensor de temperatura esté estropeado. El sensor de temperatura controla la temperatura del agua en su caldera. Si este último es HS, no funciona nada porque no le da información a su caldera. Enciende pero no arranca.
Un problema de sonda sanitaria
Si tienes calefacción pero no agua caliente, es probable que la sonda sanitaria ya no funcione. Si la sonda de agua caliente sanitaria está defectuosa, ya no mide la temperatura del agua y, por lo tanto, ya no se comunica con la caldera para la producción de agua caliente sanitaria.
Para evitar al máximo el riesgo de averías, recuerda acudir una vez al año a un profesional para que realice el mantenimiento de tu caldera.